POEMA

Siete

Y sobrevive el viejo con ese andar lento pero seguro. 
Con el peso de los años en su rostro marcado con delicadas líneas de ausencia
Camina al filo de la vida jugándole una última apuesta a la muerte.
Por esas mismas calles, 
cuando nace el otoño y las hojas caen sobre el cemento,
el azar le cambia el sentido al destino, 
lo agobia,
lo oprime,
lo angustia, 
lo enloquece, 
lo impacienta.
La sombra no escucha súplicas ni ruegos, solo sonríe…
Entonces, entre el silencio de la noche y el olor a tabaco…
¡Ruedan los dados!
¡Siete!
El viejo ha perdido, el otoño ha llegado,
es hora de partir.


#Otoño
Concurso de Poesía de Otoño patrocinado por Zenda Libro